La situación de pandemia ha generado grandes cambios en la forma de vida y trabajo de las personas, donde el riesgo de enfermar ha obligado a modificar hábitos en todos los contextos donde se desenvuelven las personas. Estos cambios resultan exigentes a nivel individual y grupal, generando insatisfacción y temor con la nueva realidad, sin embargo, también puede verse como una situación que plantea nuevos desafíos y ha brindado la oportunidad de valorar los momentos y cosas sencillas de la vida.
La Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá junto con el CRUE Cundinamarca, en el marco del Proyecto Misión Médica, adelantado con apoyo de la Cruz Roja Noruega, desarrolló durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2020 un programa de acompañamiento psicosocial al personal sanitario de los municipios de Soacha, Fusagasugá y Pacho (Cundinamarca).
En el proceso participaron 5 psicólogos y 3 apoyos psicosociales del grupo de salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) de la seccional quienes contactaron telefónicamente a 900 trabajadoras/es del sector salud. Las acciones desarrolladas fueron orientación general para la protección de la salud mental en tiempos de pandemia e intervención en crisis, con uno o dos seguimientos en caso de necesitarse.
En el desarrollo del acompañamiento del equipo psicosocial se identificaron factores psicosociales favorables y no favorables para el afrontamiento de las nuevas realidades. Desde la perspectiva psicosocial es fundamental que las personas reconozcan aquellos factores que no aportan a su bienestar personal con el fin de ser conscientes del efecto de estos y de la necesidad de cambio.
Dentro de los factores facilitadores identificados para el afrontamiento de los trabajadores/as se encontraron:
Reconocer que se tiene un papel necesario y favorable para la sociedad,siendo apoyos en el campo de la salud.
Aceptar el acompañamiento psicosocial y la búsqueda de apoyo en salud mental como recurso para gestionar las emociones.
Reconocer y aceptar las debilidades en el proceso de cuidado de la salud física y mental.
Confiar en colegas y establecer acuerdos de apoyo entre compañeros de trabajo.
Asumir responsablemente el autocuidado y el cuidado de las familias a través del conocimiento de los riesgos y las acciones de prevención.
Confiar en el futuro y mantener actitud positiva a pesar de la situación, sin descuidar el autocuidado.
Creer en Dios y/o pertenecer a una religión.
Recibir y valorar el agradecimiento de las personaspor trabajar en medio de circunstancias de tensión.
Tener capacidad de adaptación.
Contar con el apoyo familiar y social.
Dentro de los factores psicológicos a considerar para fortalecer los procesos de apoyo psicosocial se identificaron:
Ansiedad relacionada con la efectividad de las medidas de protección.
Temor por enfermarse y/o contagiar la familia.
Insatisfacción con algunas condiciones de trabajo como son carga laboral, falta de relevos cuando un profesional se incapacita, falta de zonas de descanso en los entornos laborales, insatisfacción respecto a la falta de entrega total de bonos por trabajar en condiciones de COVID.
Incertidumbre sobre el comportamiento de la enfermedad y de los efectos en la sociedad.
Sentir incomodidad por el uso de EPP al generar algunascomplicaciones respiratorias como dermatológicas.
Tristeza e inconformismo ante el alto número de personas fallecidas y por sus familias al no poder elaborar un ritual de despedida tradicional.
Falta de medidas de protección emocionalpropias o promovidas en los entornosde trabajo o familiares.
Presencia de manifestaciones de afectación como trastornos del sueño, trastornos alimenticios, ansiedad y tristeza.
Bajo reconocimiento de la labor asistencial por parte de pacientes y familiares.
Rechazo del personal de salud por parte de algunas personas de la comunidad al asociarlos como factor de riesgo de contagio.
Respecto a las estrategias de afrontamiento implementadas por el personal de salud se evidencian:
Uso de bicicleta para evitar el transporte público, siendo a la vez el ejercicio diario un factor protector de la salud.
Compartir las experiencias laborales y personales con profesionales de salud mental (por ejemplo, con el equipo de Cruz Roja).
Autocontrol de las emociones y comportamientos.
Confianza en las habilidades profesionales personales.
Aceptación de la responsabilidad del cuidado y el autocuidado como trabajador del área de la salud.
Comunicación frecuente con la familia.
Adherencia a las normas de bioseguridad en todos los contextos laborales.
Confianza en el equipo de trabajo.
Con relación al acompañamiento de la Seccional Cundinamarca y Bogotá, se encontró receptividad, las personas expresaron sus emociones y preocupaciones, se valoró positivamente el contacto con ellos y se recibe el agradecimiento con la seccional y su empleador por la oportunidad de recibir este llamado.
En general este proceso permitió conocer mejor los estados emocionales del personal de salud y proveer una manera de acentuar estos efectos, los cuales fueron naturales ante la situación de pandemia. Se recomienda al personal buscar orientación psicológica sin esperar sentir efectos adversos, este apoyo puede brindarse desde un nivel de asesoría y orientación hasta de intervención en crisis, para lo cual existen grupos de apoyo en salud mental y líneas nacionales de consulta libre y confidencial.
El autocuidado para la salud es una misión personal y un ejemplo para la sociedad (SMAPS Bogotá y Cundinamarca).
Elaborado por:
Equipo Programa de Acompañamiento Psicosocial:
Programa Misión Médica: Hernando Urbina.
Grupo Salud Mental y Apoyo Psicosocial: Nancy Delgado, Alejandra Rincón, Eduardo Vidal Ordoñez, Angie Delgado, Carolina Rodríguez, Stella Daza, Luz Marina Rodríguez y Mireya Gutiérrez Robayo.
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