Para entender el papel de las emociones en los contextos de emergencias y desastres, es importante enmarcar a las emociones como fenómenos sociales subjetivos, biológicos e intencionales. La estimulación corporal es la respuesta a las activaciones fisiológicas que preparan al cuerpo para la acción de las respuestas motoras, el social-expresivo hace referencia a la expresión verbal y no verbal para hacer efectiva la comunicación, el último de los componentes de la emoción, pero no el menos importante es el del sentido de intención (Reeve, 2009).
Un contexto de emergencia o desastre es definido como una situación de vulnerabilidad a la que siempre estamos expuestos, en donde el riesgo es aumentado por una conducta humana o no humana, estas conductas pueden llegar a producir muertes, lesiones, daños materiales y psicológicos en las poblaciones afectadas, en donde la capacidad de respuesta de la comunidad damnificada es sobrepasada (Gálvez, s,f). Los organismos de socorro se encuentran en el tercer escalafón de afectados por una emergencia o desastre, estos son víctimas ocultas, en el periodo de trabajo que realizan están expuestas a situaciones impactantes, trabajan durante un tiempo prolongado en el cual pueden estar en riesgo. Es por esto que pueden manifestar reacciones emocionales, cognitivas, físicas y conductuales (Condori, Palacios & Ego-Aguirre, s,f).
En la investigación sobre Impacto psicológico en el trabajo en emergencias y desastres en equipos de primera respuesta, realizada por Condori, Palacios & Ego-Aguirre (s,f), en Perú se encontró que así el equipo de respuesta tenga experiencia, siempre se verá afectado por las situaciones de la nueva intervención.
Cada interviniente debe entender que a pesar de ser conmovido e impactado emocionalmente por los sucesos y emociones de las víctimas, el equipo de respuesta debe darle el protagonismo del legítimo dolor a las víctimas directas de las situaciones adversas en las que está atendiendo. Esto se debe hacer de una forma empática respetuosa, segura y comprensiva. Es importante tener en cuenta que cuando un interviniente se desborde o sienta que no puede seguir con su trabajo, deberá ser remplazado y recibir inmediatamente atención psicológica para poder autorregularse y no hacerse daño a sí mismo (De Puelles Casenave,2009).
Se le aconseja a cada uno de los intervinientes que busque herramientas que le ayuden a conocerse a sí mismo, que busque su seguridad antes de atender a alguien, tenga una red de apoyo estable que le ayude, en donde comprendan su trabajo y vivencias. Por último pero no menos importante, los intervinientes siempre deben buscar ayuda cuando la consideren necesaria. Así podrán alivianar los efectos que puede traer trabajar en contextos tan difíciles, como lo son las emergencias y desastres.
Elaborado por: Inés Botía Voluntaria juvenil
Referencias Condori, L. Palacios, A. Ego-Aguirre, V (s,f). Impacto psicológico en el trabajo en emergencias y desastres en equipos de primera respuesta.
De Puelles Casenave, C (2009). Exigencia y carga emocional del trabajo policial: la intervención policial ante catástrofes y emergencias masivas. Psicopatología Clínica Legar y Forense, Vol. 9, 2009, pp. 171-196.
Gálves, W (s,f). Desastres y situaciones de emergencia. UNMSM, Lima, Perú. Recuperado de:http://www.reeme.arizona.edu/materials/Desastres%20y%20Situaciones%20de%20Emergencia.pdf
Revee, J. (2009). Motivación y emoción (Quinta edición). University of Lowa. Mc Graw Hill.
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