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La sexualidad, una lucha y construcción permanente

Los seres humanos son seres sexuados y seres sociales, su conducta estará influenciada por lo que le fue enseñado según su sexo, y es a partir de ello que se debe hablar de sexualidad humana, pero ¿cómo definir un concepto que está en constante construcción? Es inherente a cada individuo y a la manera como se relaciona con el mundo que lo rodea, un concepto que cada uno va definiendo a lo largo de la vida, buscando así su identidad y de moverse dentro de ese ser sexuado.


La sexualidad humana es un constructo social que está enmarcada por una serie de conceptos que han llegado a tomarse de manera inalterable, y que han llevado más a profundizar en los prejuicios (creencias) sociales, que a permitir un desarrollo sano e individual, olvidando que hablar de sexualidad es hablar de una infinidad de construcciones y de descubrimientos de cada individuo frente a cómo ve la vida y cómo se enfrenta a ella en el ámbito individual (privado) y social (público), por el contrario se cae en enmarcar todo dentro de definiciones y esto centrándose en conceptos como lo son sexo y género, y a su vez como algo que se buscaba controlar desde la religión y la sociedad moral, dejando a un lado que la sexualidad es una construcción individual continua donde se pueden ver factores como la manera en la que se ve a sí mismo una persona, como se viste, en la que cada uno se relaciona con el otro de acuerdo a sus propias experiencias de vida. “La persona humana se realiza en su sexualidad (G.L.Simons, 1970)”.


Cuando se habla de la sexualidad humana se debería tener en cuenta que hay diferentes componentes que van más allá de la genitalidad, y que se podría ver en lo afectivo, lo erótico, lo emocional, identidad de género y también el reproductivo, sin embargo, la sexualidad ha sido tradicionalmente invisibilizada, vista como un tabú, y dejada solo para las clases de anatomía y biología en relación a lo reproductivo y al ámbito privado de la pareja, no es sino hasta finales del siglo XIX que se empieza a hablar de derechos sexuales y derechos reproductivos, un paso importante al separar el sexo de la procreación, es así como en 1973 la OMS da el siguiente concepto “SALUD SEXUAL, es la integración de aspectos somáticos, afectivos e intelectuales del sexuado, de modo tal que de ella derive el enriquecimiento y el desarrollo de la persona humana, la comunicación y el amor”.


Hacia mediados del siglo XX se empieza a hablar y a popularizar los métodos anticonceptivos, llevando a la exploración del sexo como un fin (el placer) y no solo como un medio (procreación), sin embargo, no se puede dejar a un lado que la sexualidad sigue supeditada a los patrones culturalmente establecidos, y en ello se encuentra los prejuicios que hay sobre los roles de género que aun permean a las nuevas generaciones, y el contraste que se da al hablar de la identidad y la orientación sexual, que permite un ejercicio real de la sexualidad, rompiendo con el esquema binario y más recientemente llegando a hablar de enfoque de género y diversidad.


Hablar de la sexualidad humana es hablar de la vida cotidiana de cada individuo, de sus sueños, metas, de su realización, sea lo que sea que esto quiera significar para cada uno, de las luchas e interacciones constantes entre individuo y sociedad y de las construcciones que van surgiendo de este ir y venir en el ejercicio de la sexualidad.


Escrito por:


Willian Amado Lara.

Voluntario Juvenil.

Instructor en sexualidad – salud sexual y reproductiva.

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