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De sobrevivientes a símbolos de esperanza y justicia social

El 9 de abril de 1948 se marca el inicio del conflicto armado en Colombia, después de los sucesos que originaron el Bogotazo y, con ello, se despliega una larga época de violencia en el territorio nacional. Las consecuencias históricas de este hecho han consolidado, a través de los años, múltiples víctimas, brechas sociales y grandes dificultades en el acceso a derechos.


Es por ello que, cada 9 de abril, nos unimos, como Institución, a la conmemoración del Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia, resaltando la importancia de forjar memoria, reconocer a las víctimas, trabajar por la reparación y la construcción de paz.



Casa Volver Solferino, espacio de acogida y esperanza


En Colombia, a nivel psicosocial, se ha logrado un impacto significativo en la mejora de la salud mental y el bienestar emocional de las personas afectadas por la violencia, esfuerzos que han sido fundamentales para avanzar hacia una sociedad más justa y pacífica. Durante 14 años, en la modalidad de alojamiento transitorio, la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca Bogotá (CRCSCB), ha impulsado acciones con el propósito de mitigar las afectaciones de la población víctima, logrando así, ayudar a las personas a superar los efectos negativos del conflicto armado.


De esta forma, Casa Volver Solferino se ha convertido en un espacio de acogida y esperanza para las personas desplazadas que llegan a Bogotá en busca de una vida mejor. El proyecto ha sido posible gracias al trabajo conjunto de la Cruz Roja Colombiana, el Gobierno de la Ciudad de Bogotá y otras organizaciones sociales y comunitarias que comparten el compromiso de brindar asistencia humanitaria a quienes más lo necesitan.


Dentro de las situaciones más recurrentes que se han evidenciado durante el acompañamiento psicosocial, se encuentran el desplazamiento y el reclutamiento forzado, la violencia sexual y la pérdida de seres queridos, enfrentando situaciones de exclusión, discriminación y falta de oportunidades.

Tras el ejercicio de intervención, se ha logrado el reconocimiento de capacidades de afrontamiento, fortalecimiento de las relaciones interpersonales, resolución de conflictos y prevención de violencias, lo cual ha surgido como respuesta a las dificultades de desorientación y desarraigo territorial, por cambios en la dinámica cultural, siendo evidentes las barreras de acceso en el nuevo contexto de ciudad, lo que en efecto, genera la necesidad de replantear e implementar un proyecto de vida capaz de superar las diferentes situaciones adversas.


Por esta razón, a nivel psicosocial, se han implementado diversas estrategias de intervención individual y grupal, buscando darles voz a las víctimas y posibilitando la construcción de escenarios de paz, por medio de espacios de escucha, expresión emocional y participación activa que conllevan a la búsqueda de soluciones pacíficas, la reconciliación, la prevención de violencias.


Acciones diferenciadoras


En la población atendida se ha observado el fortalecimiento de su autonomía y autoconfianza, la potenciación de redes de apoyo y habilidades de resiliencia, factores importantes para la recuperación emocional, la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas. Así mismo, la población atendida ha manifestado una reducción significativa en las afectaciones emocionales y han referido sentirse más seguras, confiadas y esperanzadas en el futuro.


Aunque los esfuerzos realizados han generado un impacto significativo en las personas atendidas, aún existen retos que requieren del continuo progreso y construcción de acciones generativas que garanticen el restablecimiento, fortalecimiento y empoderamiento de los derechos de las personas víctimas del conflicto armado en Colombia.


Finalmente, cabe resaltar que las víctimas deben ser reconocidas como sobrevivientes, convirtiéndose en un ejemplo a seguir, ya que transmiten un mensaje de resiliencia y reconciliación, mostrándonos el cambio que queremos ver a futuro siendo símbolos de esperanza y justicia social.


Escrito por:

Yulieth Rozo y Fabián Pinzón.

Profesionales Psicosociales.

Dirección de Asuntos Humanitarios CRCSCB

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