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Un trabajo hecho con amor “El Costurero”

Actualizado: 30 oct 2020

Todos los jueves a las 9:00 a.m., Jenny Rodríguez tiene una cita con una de sus mayores pasiones, poder cambiar el mundo, brindando un rato agradable y ayudando a las madres y niños recién nacidos con pocos recursos económicos de una manera diferente, la cual se basa en ser partícipe del proyecto llamado “El Costurero”.

Los días de encuentro comienzan a las 8:00 a.m., hora en la cual llega a las instalaciones de la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá y se convierte en la guía de 28 de sus compañeras. A las 8:15 a.m., transforma una de las salas de reuniones en un espacio destinado a la creación, confección, alistamiento y capacitación de prendas para recién nacidos.

Siendo las 8:30 a.m., antes de dar inicio a la cita programada, Jenny confirma a la persona que realizará la capacitación de la sesión, esta es una de sus labores en el proyecto, la cual inicia unos días antes cuando se pone en contacto con los voluntarios de la Cruz Roja pertenecientes al grupo de Damas Grises y crea un grupo de posibles capacitadores que manejan y conocen técnicas de costuras y tejido. El único requisito es el deseo de impartir su conocimiento y experiencia a otras personas.

La sesión de encuentro se desarrolla en dos fases, en la primera hora se socializa una nueva técnica de manualidad y en la segunda se practica. Este es un grupo que en el transcurso de varios años en el proyecto son una familia caracterizada por unión, comprensión, vocación y una sola misión cumplir el objetivo de ayudar a madres y recién nacidos con kits (prendas de vestir) que sirven para sus dos primeros meses de vida.

Su trabajo como Coordinadora es exigente, en estas jornadas verifica la asistencia, lleva el consolidado de las entregas, propone metas de trabajo, define fechas de entrega y hace el registro de calidad. Todo esto, con el fin de entregar siempre un obsequio en condiciones óptimas, agradable y cómodo para los nuevos caminantes del mundo, como llaman a los niños recién nacidos.

En la última hora, tejen y cosen para cumplir su meta de entrega en los hospitales de la ciudad. Este semestre aspiran abarcar no solo al Hospital Materno Infantil sino que quieren llegar a más madres en condiciones de vulnerabilidad, por eso entre risas, comida y comentarios hacen ameno este momento y así se van creando más pañaleras, pijamas, mantas, gorros, toallas, cobijas y patines. Por cuestiones de segundos pareciera que sus manos trabajaran solas, al paso de los minutos el cansancio de esta labor las obliga a realizar pausas en diferentes momentos, sin embargo se reincorporan rápidamente, porque la meta es grande y saben que al final su trabajo llenará de alegría a madres y bebés.

El costurero, es un trabajo constante, lleno de compromiso y amor porque como menciona Jenny “para poder hacer estas prendas solo se necesita ovillos de lana grandes, telas y muchísimo amor”, así se plantean metas semestrales para lograr hacer entrega de un trabajo hecho con pasión en los hospitales en los meses de junio y diciembre. El esfuerzo de cada sesión se retribuye en los días de entrega, cuando ven en los rostros de las madres un sentimiento de gratitud y esperanza, e incluso lágrimas en unas ocasiones. Son miradas de amor que llenan el alma.

El trabajo y compromiso de estas mujeres jamás acaba…

Elaborado por: Lorena Duque González Comunicadora Social y Periodista

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